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El tremendo flagelo de las inmobiliarias: ¿son los más garcas del mundo?
Se dice mucho que hay cierto sadismo en algunas profesiones, como el dentista que parece disfrutar en ponerte el torno aunque grites de dolor o la depiladora, que mirándote con cara de superada te dice que no te quejes mientras te arranca de un tirón la cera de la tira de cola.
También se dice que hay médicos cirujanos que si no canalizaran su deseo de tener la vida del otro en sus manos por el lado de curar, serían asesinos.
Pero nadie habla de un rubro en el que deben habitar los más garcas de todos: las inmobiliarias.
¿Son un mal necesario o algún día se normalizará y dejarán de vampirizar tanto al cliente?
Cuento un ejemplo actual: como resulta que no se pueden aplicar aumentos escalonados al precio de los alquileres, las inmobiliarias hacen un truco para quedar en la legalidad y así poder cobrarte un 30% más por año que los cubra de la inflación.
Hacen figurar el monto total del alquiler, los 24 meses sumados y te estipulan formas de pago con diferentes precios por meses. Recuerdo que no hace mucho, si ibas a alquilar una casa por ejemplo, las inmobiliarias te cobraban el monto equivalente a un mes en concepto de comisión por encargarse de facilitarte el inmueble.
Con el tiempo, los costos extras en las operaciones inmobiliarias se fueron incrementando. Algunas pasaron a cobrar un mes y medio de comisión. Luego dos meses. Y ahora no sólo eso, calculan el costo de promediando el total de meses y además le suman el IVA. Aunque -por ley- al inquilino sólo le corresponda pagar un mes con impuestos incluídos.
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