En la Ciudad de Buenos Aires más de 2500 familias viven en edificios con el suministro de gas cortado. En algunos casos hace más de seis meses que sufren esta situación y el Gobierno de la Ciudad no intercede. Los datos surgen de un relevamiento realizado por Inquilinos Agrupados.
Se trata de familias que viven en edificios con graves deficiencias en la instalación del servicio, a tal punto que ponen en riesgo la seguridad de los vecinos. Una vez que Metrogas advierte las fallas, interrumpe el servicio hasta que un gasista matriculado resuelva los inconvenientes y llame a una nueva inspección oficial.
Normalmente, las obras para reconectar el servicio cuestan mucho dinero y demandan largos períodos de tiempo. La inversión, dependiendo de la gravedad del problema, puede llegar a los 30 o 40 mil pesos por departamento y las obras pueden demorar varios meses.
En el último año, las llamadas que recibimos de inquilinos que sufren este problema se multiplicaron exponencialmente. Se trata de cientos de familias que alquilan una vivienda singas, con la pérdida de calidad de vida que eso acarrea: problemas en la alimentación, en la calefacción y en la higiene, sumado a los gastos extra que significa no contar con un servicio básico. Mientras tanto, quienes son inquilinos siguen pagando el mismo monto de alquiler y en muchos casos pagan expensas extraordinarias.
Los principales damnificados por esta situación son los dueños y los inquilinos de los edificios sin gas, que tuvieron que adaptar su vida a esta falencia. Sin embargo, es también un problema para el Gobierno de la Ciudad y para la calidad de vida del resto de los porteños, ya que los vecinos de los edificios sin gas empiezan a usar mayor cantidad de equipos eléctricos: cocinas, calefones y sistemas de calefacción. Artefactos que demandan un gran consumo y que contribuyen en la saturación y posterior colapso del suministro eléctrico.
Uno de los principales problemas para iniciar las obras es que los dueños de las viviendas no cuentan con los recursos para afrontar los gastos, haciendo que la falta del servicio se extienda en el tiempo. Por este motivo planteamos que el Gobierno de la Ciudad debe dejar de hacerse el desentendido y debe asumir un rol activo en la resolución de esta problemática, generando políticas activas que ayuden a estas familias a reconectar el servicio de gas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario